Aposento alto – Hnos Pulido
Ciento veinte
estaban allá en Jerusalén
Y unánimes buscaban
la promesa del señor
De repente un
viento recio a esa casa llegó
//Era la
presencia del Espíritu de Dios//
El pueblo
asombrado a la casa se acercó
En nuevas
lenguas se escuchaban maravillas del señor
Y Pedro
revestido de aquel poder divino
Predicó a Jesucristo
y al instante mucha gente se entregó
Este fue el
comienzo del gran pentecostés
Y muchas son
las obras que aún se pueden ver
Pues esta
amada iglesia aquel día nació
//Afirmada en
la roca que es Cristo mi Jesús//
Cuando esta iglesia invoca el nombre de Jesús
Los enfermos quedan sanos, los ciegos pueden ver
Y los demonios huyen al escuchar el nombre
El nombre tan glorioso, admirable y poderoso de Jesús
Los enfermos quedan sanos, los ciegos pueden ver
Y los demonios huyen al escuchar el nombre
El nombre tan glorioso, admirable y poderoso de Jesús
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