El alfarero
El alfarero vio un vaso
Que se habĂa roto por el uso y
el
tiempo,
Y Él trató con mucha paciencia
De hacerlo otra vez...
Y yo era ese vaso
Que nadie creyĂł que servĂa;
ClamĂ©: ¡Señor, yo soy barro y TĂş
eres el alfarero!
¡MoldĂ©ame como TĂş quieras hoy!
Y Dios tomĂł los pedazos
De mi roto corazĂłn,
Me hizo un vaso nuevo,
Y reviviĂł mi alma otra vez.
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